El Comú de Lleida pide JuntsxCat y a la Concejalía de Movilidad que ostenta, el cumplimiento de los acuerdos de gobierno por una movilidad más sostenible y segura en la ciudad y que establezca la prioridad para los peatones. Es necesario aplicar las políticas acordadas para mejorar la calidad del aire, reducir el ruido y recuperar espacios de la ciudad para otros usos. Son mejoras en la calidad de vida de la gente a aplicar desde la transversalidad necesaria, incorporando en todo este amplio trabajo la concejalía de Transición Ecológica.
El Comú de Lleida no puede permanecer impasible ante el menosprecio de la concejalía de Transición Ecológica y del concejal de modelo de ciudad, que han de participar activamente en el diseño del modelo de movilidad futura.
En lo que llevamos de mandato el CdLl ha hecho llegar al Gobierno 2 propuestas de movilidad, y casi todas las medidas sugeridas han sido ignoradas por el concejal de movilidad. Denunciamos, pues, la inoperancia y la falta de diligencia para transformar el modelo de movilidad de Lleida siguiendo las premisas acordadas por el gobierno de la Paeria.
A finales de enero de 2020 el Comú de Lleida compartió con el equipo de gobierno la «Propuesta plan de movilidad sostenible 2020 a 2023» con un conjunto de actuaciones urgentes para dar cumplimiento al Pacte d’Entesa, que habla de «disminuir el nivel de contaminación atmosférica en los grandes núcleos urbanos … la reducción de la contaminación del aire son prioritarios». El documento se completaba con datos de contaminación acústica, atmosférica i de emisiones de CO2 que constatan una situación donde se hace evidente la necesidad de actuar con urgencia, incluso más allá de los compromisos contraídos en el Pacte d’Entesa.
Posteriormente, y ya en plena pandemia, el Comú de Lleida compartió el pasado 1 de mayo con los socios de gobierno en la Paeria una propuesta de medidas provisionales para adaptar el espacio público a la nueva movilidad derivada de la Covid-19. Un conjunto de medidas para garantizar una movilidad segura tanto en el transporte público como en el individual y que favorezca hábitos más saludables y un entorno menos contaminado. Partiendo de las carencias (en carriles bici, red peatonal y aceras) se valoraba la reducción de tráfico como una oportunidad para afrontar el reto de reorganizar la movilidad poniendo las personas en el centro e impulsando el uso de la bicicleta y el resto de medios de movilidad individual sostenibles. La implementación del gran cambio logrado para que Lleida sea zona 30 requiere un trabajo que hay que impulsar con la celeridad necesaria.
La Concejalía de Movilidad que ostenta JuntsxCat no ha implementado ninguna de las medidas prioritarias propuestas, ni siquiera las que eran del todo asumibles presupuestariamente, como por ejemplo la modificación de los tiempos semafóricos. Tampoco se ha actuado por la zona preferente de Movilidad Individual Sostenible, la ampliación de aceras, los aparcamientos disuasorios, mejoras sustanciales en la red de carril bici, sustituir carriles de vehículos de motor por carriles para bicicletas y otros medios de movilidad individual,…). Tampoco se ha avanzado en la implementación de la zona 30: ni en la preparación de la señalización ni en la campaña de comunicación para sensibilizar a la ciudadanía. Se ha hecho muy poco y, en ocasiones, de manera muy mejorable pesar el buen trabajo de los técnicos.
En resumen, hemos llegado al final de este episodio de despropósitos en materia de gestión de un modelo de movilidad que desde ahora debe ser compartido y fiel a unos acuerdos que son claros y posibles presupuestariamente. Llevamos un año, hemos esperado mucho y ahora hay que pasar del debate a la acción, pasando de las promesas a los hechos. Aún estamos a tiempo.
Si algún sentido tiene la política, seguramente es el de buscar soluciones a los problemas de la gente, un reto aún mayor en tiempos de pandemia. El Comú no rehuye esta responsabilidad, estamos aquí para atender el bien común, y eso también pasa por ser capaces de construir desde la diferencia, pero no creando «gobiernos» diferentes dentro de un mismo gobierno, sino aplicando las medidas acordadas por el conjunto del Govern d’Entesa. Con un espíritu propositivo, y confiando en que debe servir para resolver aspectos a mejorar, el Comú de Lleida cree firmemente que este gobierno podrá ser ejemplo de construcción desde la divergencia.
Comú de Lleida