El Comú de Lleida se adhiere a la #VagaFeminista

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¿Qué es la huelga feminista?
Venimos de lejos, tenemos una larga historia feminista, y un recorrido de muchos 08 de marzo tomando la calle, la plaza, la palabra…con el propósito de subvertir el orden del mundo y el discurso heteropatriarcal, racista y neoliberal.
Al grito de «ni una menos, vivas nos queremos» que lanzaron las feministas argentinas se llevó a cabo la primera huelga global de mujeres de trabajo productivo y reproductivo el 8 de marzo de 2017. Millones de mujeres de 70 países, desde Argentina en Polonia, desde Turquía en Estados Unidos, desde Brasil a Italia pasando por nuestras tierras, nos contagiamos y ocupamos las calles para hacer visibles nuestros trabajos, nuestras demandas y nuestros cuerpos.
Porque en los últimos años desde el movimiento feminista intergeneracional, creciendo en número y en energía, impulsamos y desarrollamos propuestas e ideas para pensar en otras vidas y otro mundo. Somos miles, millones, las mujeres dispuestas a conseguirlo, y vamos a por todas.
En 2018 queremos llegar más lejos y visibilizar con una huelga más amplia de la de 2017 nuestra fuerza, nuestra rabia y dolor y al mismo tiempo nuestra alegría compartida de sabernos fuertes. Queremos que nadie pueda mirar a otro lado ante nuestras propuestas y nuestra centralidad en el mundo.
Por ello la Comisión 8 mar del movimiento feminista nos convocamos a una huelga feminista. Es una huelga que va más más allá de lo que se identifica como paro laboral para que la participación de las mujeres es nuclear en todas las esferas de la vida, y la huelga debe alcanzar también otros trabajos y espacios: el de los cuidados, el consumo, la vida estudiantil y asociativa.
Una huelga de mujeres en la que podremos reflexionar colectivamente que pueden hacer todos y cada uno de los hombres para cambiar una situación sobre la que deberían haber manifestado ya contrarios a ella.

Practicamos un feminismo interseccional porque sabemos que estamos atravesadas por desigualdades y precariedades que nos sitúan en lugares muy diversos ante el patriarcado, el trabajo asalariado, los cuidados, el consumo, el ejercicio de nuestros derechos, la formación y la participación ciudadana, por las diferencias que atravesamos alguna de nosotros según la procedencia, la clase, la edad, la orientación sexual, la identidad de género y habilidades. Pero la huelga es de todas, hay un hueco para todas y cada una de nosotros en nuestra huelga feminista del 8M.
Nos convocamos todas, como hicieron nuestras antecesoras, para romper los privilegios de una sociedad patriarcal y capitalista, racista y heteronormativa. Nos convocamos todas a esta huelga que tiene sus antecedentes en la tragedia que supuso para nuestras hermanas que fueron asesinadas, quemadas, acusadas de «brujas», para perpetuar el control del modelo social y económico masculino, que se sentía amenazado .
El nuestro es un grito global, transfronterizo y transcultural. Somos un movimiento internacional diverso que hace frente al orden patriarcal, racista, capitalista y depredador con el medio ambiente, y que propone otras vidas y otro mundo radicalmente diferente. Formamos parte de las luchas contra las violencias machistas, por el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida, por la justicia social, la vivienda, la salud, la educación, la soberanía alimentaria, y la laicidad, contra el extractivismo y los tratados de libre comercio, la explotación y muchas otras luchas colectivas. Unidas por otra forma de entender y organizar la vida, la economía y las relaciones. Porque somos antimilitaristas y estamos contra las guerras, y las fronteras, contra los Estados autoritarios y represores que imponen leyes mordaza y criminalizan la protesta y la resistencia feminista. Unidas a las mujeres que defienden los derechos humanos y la tierra, arriesgando sus vidas.
Formamos parte de un proceso de transformación radical de la sociedad, de la cultura, de la economía, de las relaciones. Queremos ocupar el espacio público, reapropiarnos de la decisión sobre nuestro cuerpo y nuestra vida, reafirmar la fuerza política de las mujeres, lesbianas y trans y preservar el planeta en que vivimos.
Y por eso el 8M pararemos nuestro consumo, el trabajo doméstico y los cuidados, el trabajo remunerado y nuestros estudios, para demostrar que sin nosotros no se produce, y sin nosotros no se reproduce.
Esto ni empieza ni termina el 8 de marzo. El proceso comienza mucho antes del día de la huelga, haciendo reuniones, construyendo propuestas, tejiendo redes, poniendo en marcha procesos de contagio … y culminará el día 8 con una huelga en la que visibilizar nuestras denuncias y exigencias en todos los espacios, tomando las calles en pueblos y ciudades.
Extraído de Vagafeminista.cat

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