Historia del antidisturbios que vivía maquillado

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Si la Paeria convocara un Multireferendum para preguntar en qué preferimos que gaste el dinero el Ayuntamiento en tiempos de crisis, es improbable que ganara la opción “en una unidad antidisturbios que, en prácticamente dos años, no haga nada». Quizá por eso no lo preguntan, y cuando se les ve el plumero maquillan el tema intentando tapar una chapuza evidente.

Con la opacidad marca de la casa, la Paeria creó en 2012 un grupo antidisturbios, según Segre integrado por 18 agentes. Unos agentes de la Urbana que, según la Paeria, se presentaron voluntarios y realizaron una formación específica de seguridad ciudadana en un curso de orden público de la policía nacional.
La regidora de seguridad ciudadana de la Paeria, Sara Mestres, se vanagloria de que la formación no comportó ni un euro de gasto. Ni en dietas o kilometraje, asegura. A diferencia de lo que hubiera supuesto realizarlo -afirma- con los Mossos de Esquadra, que según hemos constatado, obligaban a la administración local a pasar por caja: “Nos lo habían ofrecido previo pago de 402 euros por agente”. Mestres se muestra mucho menos explícita cuando se le pregunta por el coste de los uniformes: “Ha sido a cargo de la partida centralizada del Ayuntamiento”, se limita a decir sin revelar la cifra. Una práctica, la de mantener una opacidad total con los números, que empieza a ser marca de la casa.

Vinyeta cedida pel dibuixant Carles Alberdi

Viñeta cedida por el dibujante Carles Alberdi


Miembros del cuerpo de la Urbana y de Mossos d’Esquadra han corroborado que se dotó a estos agentes de la policía local con el equipo correspondiente (casco, escudo, espinilleras, coderas, defensa, chaleco) con un coste que estas fuentes cifran en unos 19.200 euros en total: 1.200 euros por cada uno de los 16 agentes que, finalmente, parece que integrarán esta unidad.
Fuentes de la Urbana prevén que la Paeria presente próximamente esta unidad, que, por lo que hemos podido saber, podría no ser de voluntarios sino permanente, con dos grupos de 8 integrantes cada uno. Una unidad que todo indica que se activará ahora, después de permanecer parada desde que Àngel Ros la concibió hace casi dos años.
Precisamente después de que en Lleida se produjeran acontecimientos como el desalojo violento en mayo de 2011 de decenas de activistas que habían acampado en la plaza Ricard Viñes o las Mega-Batidas policiales en el casco antiguo de Lleida, en agosto del mismo año, cuando llegan muchos temporeros a la ciudad.

Maquillaje por aquí, y eufemismo por allá y, voilà! Aquí tenemos a la UPO

Quizá porque un ayuntamiento «socialista», que además no tiene competencias en este ámbito, no puede vender la creación de una unidad antidisturbios en plena crisis, la Paeria se ha esforzado en maquillar las finalidades de un grupo que, según diversas fuentes consultadas, en su momento fue creado en un ramalazo del equipo de gobierno del PSC para que la ciudad tuviera todos los instrumentos posibles para reprimir la reivindicación social creciente, sobre todo en un espacio tan abandonado por las administraciones como el casco antiguo.
La operación de maquillaje empezó por dotarlo de un nombre más amable: Unidad Polivalente Operativa (UPO), una definición que no coincide con la que se hace en la web (no oficial) www.guardiaurbanalleida.net, en la que se refieren a una “unidad de Seguridad Ciudadana de la GU de Lleida, para realizar servicio específico de vigilancia y seguridad ciudadana en casos excepcionales”.
La operación de cosmética prosiguió con la ocultación de parte de la misión que persigue, mediante la eliminación de la palabra antidisturbios. El resultado de este masaje descriptivo aparece completo en tuderechoasaber.es, donde Mestres, en un poco logrado intento de respuesta a una petición ciudadana, habla de una UPO “preparada para enfrentarse a cualquier operativo y responder ante una emergencia en la que sea necesaria la actuación de un equipo de trabajo que sepa trabajar de manera coordinada y enfrentarse a situaciones de catástrofe como inundaciones, grandes incendios, desplomes de edificios y otros de naturaleza similar”.
Como por arte de magia, una unidad formada en un curso de seguridad ciudadana titulado de manera bien explícita ‘Curso sobre primeras intervenciones en orden público‘ pasa a ser, según la regidora, un equipo para actuar “ante cualquier catástrofe”. Quién sabe si la Paeria está guardándose una carta de posibles usos menos amables en la frase “…para poder dar respuesta a la ejecución de cualquier acto de nuestra administración dentro del ejercicio de su exclusiva potestad”.

Ante el alud de preguntas, silencio clamoroso

Tuit Sara Mestres antiavalots
Es necesario dejar claro que la respuesta de la Paeria llegó después de un reguero de peticiones de información en las redes sociales. Hasta 30 veces llegó a preguntar el colectivo ciudadano @alliolilleida vía Twitter por el gasto de la unidad antidisturbios.
Sus señorías sólo rompieron su mutismo en tres ocasiones.
La primera, cuando Sara Mestres respondía en un tweet:
«¿Quién eres? ¿Tienes personalidad jurídica? ¿Tienes nombre y apellidos? ¿Al conseller Saura también se lo preguntaste?»
La segunda era un tweet en el que la regidora Montse Mínguez aseguraba:
«La Paeria no tiene cuerpo antidisturbios, si no hay cuerpo no hay coste».
Twit Montse Minguez cos antiavalots
El alcalde Àngel Ros, como suele hacer en las cuestiones espinosas, se mantuvo al margen. Hasta que, la 29ª vez que fue interpelado, intervino en una conversación 2.0 para responder a la pregunta de si Lleida tenía unidad antidisturbios con 3 palabras reveladoras
«¿Quién cree eso?
Twits antiavalots Ros
La falta de transparencia del equipo de gobierno de la Paeria dificulta tener datos y cifras concretos de esta unidad específica de la Urbana y de tantos otros asuntos públicos. Los hechos, sin embargo, demuestran que existe una unidad específica de la guardia urbana creada y equipada para actuar como fuerza antidisturbios, que el ayuntamiento ha intentado ocultar esta información, que cuando ha dado informaciones éstas han sido parciales y equívocas y que todo el procedimiento de creación ha sido extraño, turbio y opaco.
Un gobernante que oculta sus acciones, o bien se avergüenza de ellas o bien ha llegado a creer que la ciudad y el dinero que gestiona son suyos y no tiene por qué dar explicaciones.
Sin embargo, ante las puertas cerradas, la ciudadanía se organiza, y quienes en nuestro gobierno municipal se ocultan en la opacidad deben enfrentarse a lo que sin duda para ellos debe ser una muy mala noticia: ha nacido en Lleida el Observatori Ciutadà Municipal. Seguro que volveréis a oír hablar de él.
Oscar Sisteré i Saureu, @osistere
Periodista miembro de Grup Barnils Ponent

(Con la colaboración de diversos miembros de la Urbana y de los Mossos con vocación de servicio público)

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