Se imaginan Helena Garcia Melero en un anuncio del 012 explicando a la ciudadanía los servicios que ofrece la Generalitat para ejercer el derecho de las mujeres al aborto? No? Pues hasta que nos parezca lo más normal del mundo no podremos parar de reclamar este derecho. Porque, ciudadanos y ciudadanas de Cataluña, las mujeres no tenemos la soberanía sobre nuestros cuerpos. Y encima, parece que deba ocultar. El aborto es tabú. Y estigmatizarlo, criminalizar su práctica y silenciar que es un derecho de las mujeres reconocido por la ONU es uno de los pilares del patriarcado.
Que en las tierras de Lleida no haya ningún centro de interrupción quirúrgica del embarazo y que en el Pirineo hasta ahora ni siquiera se pueda abortar con procedimientos farmacológicos no hace que las mujeres de las comarcas de Lleida no aborten. Que en Andorra sea ilegal abortar, incluso en los casos de violación, incluso en los casos de violaciones a menores, no significa que las mujeres andorranas no aborten.
Cada 8 de marzo hacemos listado de las desigualdades que aún nos quedan por superar. Vivimos día a día la violencia machista que mata mujeres por serlo, acosos que aún no se reconocen como tales, culpabilización de las víctimas de abusos, crecientes justificaciones de un machismo que parece recuperar, sin complejos, discursos que desearíamos tener enterrados. Aún tenemos que denunciar la brecha salarial, las triples jornadas laborales y la necesidad de demostrar que somos igual de capaces y que tenemos que caminar por el mundo como mujeres valientes en lugar de hacerlo, simplemente, porque tenemos derecho a ser como queramos ser . El aborto es el derecho de las mujeres más amenazado a lo largo de la historia y lo vemos ahora en el auge de los fundamentalismos y los fascismos, que sitúan la lucha contra el aborto como una de sus prioridades. La amenaza es ideológica y también práctica con una objeción de conciencia de los profesionales de la medicina que hace imposible garantizar este derecho y que se alimenta de la falta de formación en las facultades de medicina y de la estigmatización y desprestigio de esta práctica .
Es imprescindible que seamos conscientes de la discriminación territorial que vivimos, es imprescindible que dejemos de ver Andorra como un paraíso y que tomemos conciencia de la injusticia que viven las mujeres en este país. Negar el derecho a las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo es condenarlas a tener que hacer en la clandestinidad, culpabilizándolos las o obligándolas a una maternidad no deseada que destroza vidas.
Es necesario que hablemos. Es necesario que el aborto salga a las conversaciones familiares, en las escuelas, a los manifiestos del 8 de marzo. Hasta que los anuncios del 012 informen de este derecho como del resto.
Comisión de Feminismos del Comú de Lleida
Imatge de Stop Violències Andorra
