Lleida, entre el vertedero, la recogida selectiva y el puerta a puerta

Publicado el Publicado en Notícias y etiquetado .

La basura que generamos los leridanos y leridanas, la que tiramos al contenedor gris o de rechazo, se va al vertedero de Montoliu. Allí también estuvieron los mismos residuos de los otros municipios de la comarca del Segrià. Antes del vertedero de Montoliu teníamos el de Serra Llarga, más allá del barrio de la Mariola. Cuando ya no se podía verter más residuos, se abrió el de Montoliu.
Parece que el vertedero de Montoliu lo tendremos lleno del todo en el 2018. Las diferentes corporaciones municipales del Segrià deberán decidir dónde se instala el nuevo vertedero. Seguramente, algún municipio lo pedirá, ya que los municipios que reciben una infraestructura comunitaria (centrales nucleares, embalses, vertederos …) tienen una compensación económica, tras superar la previsible oposición vecinal a la instalación de una instalación de esta índole.
Y es que el vertedero de Montoliu (situado en su término municipal, pero más cercano a Alfés o Sunyer, que reciben los olores pero no el dinero) estaba previsto que durara más años, porque se creía que los habitantes del Segrià reciclarían (o mejor dicho, haríamos recogida selectiva) en mayor proporción.

 
Pero la recogida selectiva está estancada y eso hace que se llene el vertedero más rápido de lo que se pensaba. Además, hay que indicar que cada vez cuesta más dinero no hacer recogida selectiva: el encarecimiento del precio por tonelada depositada en el vertedero de Montoliu pasará de 19,1 € a 30 € como consecuencia de la modificación de los cánones en los próximos presupuestos de la Generalidad de Cataluña. Hay previsión de más incrementos en los próximos años, a razón de un aumento de 5 € por tonelada/año, lo que provocará un notable aumento del coste del tratamiento de residuos en los próximos años.
En cambio, una cuidada recogida selectiva proporciona más ingresos a los Ayuntamientos, con la venta del papel y a través de las empresas que gestionan los vertederos de envases (amarillo) y de vidrio (verde), Ecoembes y Ecovidrio.
¿Qué opciones tenemos ante ésto?
Constatado el estancamiento en el actual modelo de contenedores de 5 colores en la calle, con la medida que supone su reciente acercamiento, hay que dar un paso adelante. Y en la actualidad, el paso adelante más sostenible (para la sociedad, para la economía y para el medio ambiente) es el sistema de recogida del puerta a puerta (PAP).
El PAP es un sistema implementado desde el año 2000 en Cataluña, y que ahora tienen un total de 133 municipios, si bien ninguno tan grande como Lleida. Pero sí hay experiencias en diferentes ciudades europeas con tamaños similares. Por tanto, no inventamos nada.
El PAP consiste en que cada hogar y comercio de la ciudad saca una basura diferente cada día en la calle. Por ejemplo: Martes, jueves y sábado, la basura orgánica; lunes, el papel; miércoles, los envases; jueves, el rechazo; y domingo, el vidrio. Paralelamente, desaparecen de la calle todos los contenedores que conocemos, porque en cada hogar y comercio habrá pequeños cubos para la recogida que se dejarán en la calle, delante de la puerta, por la noche.
Esto, evidentemente, supone un cambio importante en las costumbres de la ciudadanía. Y, como todos los cambios, también puede generar un rechazo (nunca mejor dicho) considerable.
Por ello, la implantación del sistema PAP (repito, el mejor sistema, por ahora) por el que se llega a porcentajes de recogida selectiva que superan el 90% y que, además, genera puestos de trabajo, debe ir acompañada de una campaña de sensibilización, debate y participación que permita expresarse y opinar a toda la ciudadanía: vecindario, entidades, comercios, empresas … También hay que generar un consenso amplio entre las fuerzas políticas. Debate y consenso que seguimos reclamando. Propuestas que el pleno de la Paeria aprobó a medias en el pleno de diciembre: sólo tuvieron mayoría la mitad de los puntos de la moción que el Común presentó por la implantación del PAP basado en un estudio riguroso.
Hay experiencias suficientes para aprender de los errores y de los aciertos. Se podría comenzar en un barrio de la ciudad y, una vez experimentado, extenderlo al resto de la ciudad. Y, en definitiva, ahora seríamos una ciudad innovadora en temas de medio ambiente y gestión de los residuos. Y, hay que tener presente que aunque no sea ahora, si no sale otro método de recogida, tarde o temprano habrá que añadir al PAP. ¿Por qué, aunque sea por una vez, Lleida no se convierte en pionera de un cambio necesario para el futuro de nuestros hijos e hijas?
Grupo Municipal del Comú de Lleida

Ajuda'ns a difondre
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter
Pin on Pinterest
Pinterest