En mayo de 2015, la agrupación de electores del Comúdelleida entraba en la Paeria con 3.787 votos y 2 concejales de 27. El objetivo del Comúdelleida era provocar un cambio en un gobierno de la ciudad anquilosado después de 40 años de PSC. Muy pronto, a pesar del pluralismo que resultó de las urnas, vimos como los «socialistas», con la mayoría absoluta perdida, elegían como socios preferentes C’s y PP para que nada cambiara.
Por ello, desde el Comúdelleida en estos cuatro años nos hemos centrado en denunciar las políticas que reforzaban privilegios y desatendían necesidades, en poner luz sobre las políticas a mejorar, y en hacer propuestas que mostraran alternativas viables.
Hemos trabajado mucho en ofrecer información a la ciudadanía sobre las cosas que no se hacen bien, con especial atención a cómo se gastan nuestros impuestos, que están entre los más altos de todos los municipios de Cataluña. Hemos presentado informes sobre el desperdicio de recursos con gastos poco justificables que, poco a poco, vacían las arcas públicas. Y hemos denunciado todas aquellas acciones donde hemos visto indicios de corrupción y tratos de favor. Nuestra acción de control, de denuncia y de información pública, junto con la de otros grupos de la oposición, ha hecho que se redujeran algunos gastos superfluos y se mejoraran algunos procedimientos, aunque queda mucho camino por recorrer.
Hemos acompañado siempre la crítica con propuestas, aunque desde el equipo de gobierno no se nos haya querido escuchar o no haya querido reconocer. Propuestas centradas en la gente, y en las que hemos tenido especial cuidado de hacer planteamientos realistas, teniendo en cuenta los costes y el impacto de lo que hemos propuesto.
Hemos presentado unos presupuestos municipales alternativos en los que planteamos una reforma en profundidad de la fiscalidad municipal para hacerla más justa, garantizando los ingresos necesarios. Lleida no tiene por qué ser la ciudad catalana con uno de los IBI más altos para la mayoría de la ciudadanía, mientras es a la vez una de las que tiene impuestos más bajos para las grandes empresas.
Se puede transformar también cómo nos gastamos ese dinero. Con más austeridad en gastos protocolarios y que benefician a unos pocos y con más rigor en el control de la gestión de los servicios públicos.
Hemos hecho propuestas para mejorar las condiciones de vida y salud en la ciudad, en el ámbito del transporte, el urbanismo, el modelo comercial o la atención a las particularidades y potencialidades de la Huerta. Hemos trabajado para incentivar y hacer más efectiva la participación ciudadana en los asuntos colectivos. Hemos hecho propuestas y seguimiento de la acción municipal para transitar hacia una contratación pública que garantice la igualdad de oportunidades, también para las pequeñas y medianas empresas. Y que impulse la necesaria transformación económica y ecológica a través de criterios de fomento de la economía cooperativa, social y solidaria, de reducción de la huella ecológica, de lucha contra el fraude fiscal y la evasión de impuestos y de garantía de condiciones laborales justas.
Hemos pateado la ciudad, nos hemos encontrado con su tejido asociativo y empresarial, con los vecinos y vecinas, para escucharlos y para ofrecerles información sobre la política y la gestión municipal y como los afecta. Hemos aprendido y hemos crecido, nos hemos ilusionado y a veces también decepcionado con las resistencias a aceptar cambios para mejorar la vida de la gente común frente a los intereses creados y las inercias menudo mediocres. En definitiva, llegamos a final del mandato con satisfacción por el trabajo hecho, sumando más gente y organizaciones al proyecto común, al que se han sumado Podem y Catalunya en Comú. Y seguimos con las ganas intactas de ser más y más fuertes para poder transformar la Paeria en favor de una Lleida para la gente común.
Laura Bergés (miembro del Común de Lleida)
