«Estamos aquí para abrir la puerta de la institución a la calle, a los pueblos y a su gente»: discurso del pleno de investidura de En comú Podem en la Diputación de Lleida

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Hoy se ha constituido el pleno de la Diputación de Lleida para el mandato 2019-2023. 

En Comú Podem hemos insistido en un gobierno de cambio a la Diputación que ponga fin a décadas de un modelo de clientelismo y opacidad. Los resultados de las elecciones municipales en Lleida, ciudad y provincia, abrieron la puerta a una opción de cambio tanto en el Ayuntamiento como en la Diputación. Un cambio inaplazable después de décadas de gobiernos con modelos claramente agotados en las dos instituciones .
En el Ayuntamiento este cambio ha sido posible, gracias a los votos y también a la generosidad de partidos que, a pesar de las diferencias, han sabido ponerse de acuerdo para hacer efectiva esta opción de transformación. En la Diputación hemos insistido para que ERC explorara esta posibilidad, pero constatamos con decepción que no ha sido posible.

Compartimos con vosotros el discurso de la diputada del Comúdelleida Elena Ferré, diputada por el grupo de En comú Podem, en el pleno de constitución de la Diputación de Lleida:

 

Buenos días a todas y todos. Desde hoy tengo el honor de representar al grupo de En comú Podem a la Diputación de Lleida, una tarea que he asumido porque creo que los ciudadanos y ciudadanas tenemos que gestionar la política activamente, entrando en las instituciones y luchando para defender los intereses reales de la gente de la calle.

Como a mí me gusta decir siempre, vengo de la calle, vengo de mi casa. Mi militancia y compromiso con la comunidad la vivía, hasta hace 6 meses, en asociaciones y en grupos de trabajo a la comunidad. Si ahora estoy aquí -si ahora ESTAMOS aquí-, es para trabajar en la defensa firme y valiente, también dentro de las instituciones, del bien común, la transparencia y la participación. Y la Diputación, lamentablemente, nunca ha lucido por ninguna de estas tres cosas. No creo que mi visión de esta institución esté nada alejada de la que tienen los vecinos y vecinas del territorio.

Frente al bien común, en la Diputación hemos vivido el enriquecimiento personal y la posibilidad de seguir calentando la silla para cargos orgánicos o municipales, con un sueldo definitivamente del todo excesivo. Celebramos la rebaja de sueldo que ha habido, pero nos parece del todo insuficiente.

Frente a la transparencia, la Diputación es, sin ningún tipo de duda, la institución más opaca, más voluntariamente opaca e intencionadamente clientelista. Casos de corrupción de cargos políticos, comisiones de investigación, caso Boreas, presuntas gestiones fraudulentas, malversación de dinero, demasiado privilegios para los diputados y sus asesores, asignación de presupuestos condicionada por intereses personales, clientelismo y perpetuación de poderes locales, plenos que no se retransmiten y a los que los ciudadanos prácticamente no tienen acceso, y un largo listado de situaciones, cuando menos irregulares, autoritarias y nada éticas, que dejan mucho que desear.

Frente a la participación, la elección nada inocente, indirecta y decididamente opaca de los diputados y diputadas, puestas a dedo por los partidos, sin la participación ciudadana ni la validación democrática del voto en las urnas. La ciudadanía no puede saber, de ninguna forma, antes de que lo sean, cuáles serán las personas designadas como diputados y diputadas en esta institución. Esta elección se hace en despachos y de espaldas a los vecinos y vecinas y ni siquiera se vehiculan mecanismo de comunicación, participación y rendición de cuentas.

El sistema de asignación de diputados provinciales, además, premia bastante más de lo que ya estamos acostumbradas a los partidos mayoritarios. Esta lógica dificulta mucho el pluralismo político, perpetúa la política de bloques y los bloqueos mutuos y excluye los partidos pequeños del trabajo institucional.

Por lo tanto, ¿son representativas las Diputaciones? No. Y los diputados y diputadas que estamos hoy aquí tampoco somos nada representativos. De hecho, ¿tienen sentido y legitimidad a día de hoy las Diputaciones? Organizaciones artificiales pensadas en el siglo XIX para proyectar la omnipresencia del padre Estado a lo largo y ancho de su territorio, en refuerzo de la burocracia y en perjuicio de la plurinacionalidad, que impiden el desarrollo del modelo de Veguerías, mucho más conectado con la realidad demográfica, geográfica, social y participativa. Quizás ya es hora de, más allá de llenarnos la boca con expresiones como “equilibrio territorial”, “modelo descentralizado” o “realidades locales”, empezar a hacer realidad las estructuras políticas y administrativas que lo hagan posible.

Esta forma de funcionar, opaca y partidista, se opone frontalmente a lo que piden nuestros tiempos. Con razón, para la mayoría de ciudadanos y ciudadanas, esta es una institución que sienten lejana e inútil. Y este es el asunto: hasta que no consigamos cambiar las reglas del juego en las instituciones supramunicipales y convertirlas en instituciones realmente próximas al territorio, transparentes, participativas y útiles en la defensa del bien común, más vale que estemos dentro para controlarlas, fiscalizarlas y luchar para que este cambio, valiente y decidido, llegue lo más rápido posible.

Estamos aquí porque ya hace tiempo decidimos que había que entrar en las instituciones con valentía, levantar alfombras y abrir ventanas, y trabajar para hacer políticas que pongan las personas en el centro. Estamos aquí para trabajar, para conseguir impulsar e implementar políticas profundamente progresistas y de izquierdas. Nos seguimos reafirmando en la necesidad de hacer política desde el feminismo, la ecología y la transición energética, la defensa de los derechos, de las libertades y del territorio, y de la justicia social. Estas políticas son perfectamente posibles. No solo son viables sino que son del todo necesarias.

Estamos aquí para explicarle a la ciudadanía qué se hace aquí dentro, para abrir la puerta de la institución a la calle, a los pueblos y a su gente. Estamos aquí para denunciar opacidades y clientelismos. estamos para denunciar que esta es una institución absolutamente sobredimensionada, con sueldos del todo innecesarios y con privilegios excesivos de todas todas.

No hemos venido a calentar la silla, hemos venido a trabajar para acercar la institución a la ciudadanía. Y desde aquí, desde la humildad que puede tener una sola diputada, trabajaremos, con responsabilidad y valentía, y nos encontraréis, con la mano extendida, en la defensa de la participación, la transparencia, la sostenibilidad y la transición ecológica, la lucha contra la corrupción, el impulso de la economía social y solidaria, la cohesión y la justicia social, el equilibrio territorial, y los derechos y libertades de las personas.

Recordamos, y no nos cansaremos nunca de repetirlo, que somos servidoras públicas, que estamos aquí porque tenemos la obligación de hacer políticas valientes y de transformación, para dejar el territorio, una vez acabado el mandato, mejor de lo que lo hemos encontrado.

Elena Ferré (Diputada En comú Podem)

 

 

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