Tejiendo feminismos, avanzando en la igualdad

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GHADA AMER, escultora, feminista y artista denuncia a través de sus obras la situación de pobreza y marginación que sufren las mujeres, los estereotipos que nos encadenan todavía a día de hoy y la necesidad de educar con libertad e igualdad.

Y es que una de cada cinco jóvenes de entre 14 y 18 años afirma haber sufrido un abuso psicológico o sexual, pero lo más preocupante es que más de la mitad de las mujeres que han sufrido violencia no la identifican como tal. Cuando la violencia se recubre de amor romántico y las muestras abusivas conviven con el amor, hay que identificar la trampa, hace falta la pedagogía de la educación en la igualdad. En el año 2016, la compañía Upworthy hizo un experimento en una clase de primaria: se le pedía a niños y niñas dibujar las profesiones de bombero, médico y piloto militar. Al acabar entraron 3 mujeres que representaban estas profesiones. 61 niños los dibujaron como hombres y solo 5 como mujeres, los estereotipos de género se definen entre los 5 y los 6 años y la educación es fundamental para entender que somos iguales, sin unos roles definidos y con los mismos derechos.

La visión androcéntrica de los oficios se traslada a todos los ámbitos de la sociedad, también en la justicia. Una visión totalmente machista es la que impregna todo el procedimiento judicial y la adopción de las medidas de protección a la presunta víctima de violencia machista. Es la mujer la que tiene que abandonar el lugar de trabajo, su domicilio, la familia, para huir de su agresor. Los recursos para su protección física obligan a trasladar a la mujer de un lugar al otro. En cambio, el agresor, en la mayoría de los casos, disfruta de su libertad, y únicamente queda limitado por un papel que se interpone entre él y la mujer. Tenemos que cambiar la perspectiva de la Ley del 2004 para evitar la doble estigmatización. Que las víctimas que han sufrido la violencia machista no tengan que sufrir, también, lo que supone huir de su agresor por carencia de medidas efectivas de protección de su integridad física y psicológica. ¿En qué momento hemos permitido como sociedad que el verdugo mantenga su estatus y la víctima sea repudiada?

Hartas del papel que históricamente se nos ha asignado y se perpetúa a día de hoy, mujeres de todo el mundo clamamos por una realidad más justa e igualitaria: desde las huelgas de maestras en Estados Unidos o en Brasil, pasando por la huelga de trabajadoras del ámbito sanitario en India, hoy día 8 de Marzo nos levantamos unidas para decir BASTA. Será esta unión la que nos hará avanzar, porque el movimiento feminista es innegablemente transversal: mujeres, hombres e instituciones tenemos que trabajar conjuntamente para paliar cualquier tipo de desigualdad.

El compromiso “formal” de estas instituciones en la lucha feminista está claro a priori. En el caso municipal, llevando a cabo acciones más o menos efectivas que pretenden una transformación social que avanza en la comprensión de la perspectiva transversal y legitima del feminismo incluyéndolo en la agenda pública. Siendo algo menos optimistas, podríamos afirmar sin despeinarnos que estas políticas a la práctica son insuficientes. El alcance real del cambio dependerá de múltiples factores, pero es indudable que también se trata de una decisión política que se traslada a la gestión de los gobiernos municipales. La forma en que hacemos las cosas cambia el resultado que obtenemos y esta es la base de la política municipal. Cómo dice la periodista Laura Pérez Castaño, el feminismo es la mirada que permite ver el mundo con los ojos de quienes siempre se han quedado fuera. Desde el municipalismo, esto se traduce en la capacidad de incorporar a toda la ciudadanía en su forma de hacer política.

Como las obras de GHADA, tejamos un feminismo fuerte, próximo, que nazca de los barrios y se expanda en municipios, ciudades, países y continentes. Donde cada una de nosotras aporte una nota de color única y necesaria. Un feminismo inclusivo y no exclusivo, liderado por mujeres y defendido por todo el mundo.

Comú de Lleida

Obra de Ghada Amer

 

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