La Horta es una parte esencial de Lleida y en tiempos difíciles para nuestra campesinado el ComúdeLleida ha impulsado durante el mandato que ya acabamos un conjunto de medidas para promoverla, integrarla en la ciudad y para igualar las condiciones de vida de la población de la Horta a la del resto de ciudadanía de Lleida. Pasamos cuentas con la ciudadanía del cumplimiento de nuestro programa electoral.
Hemos promovido la seguridad en el territorio apostando por restituir las patrullas de la Guardia Urbana en el medio rural y consolidándose hay la plaza de agente cívico, catalogando viviendas para que puedan ser localizados con GPS para facilitar la atención a las emergencias y señalizando, mejorando y arreglando caminos.
Hemos hecho propuestas para el acceso a derechos y servicios básicos como el agua de boca por los animales, el transporte público o la conexión a Internet con fibra óptica, indispensable para modernizar la estructura empresarial agraria. El Comú ha apostado por la recogida de voluminosos en la Horta y por un Puerta a Puerta consensuado con los vecinos.
Para activar la economía en el medio rural hemos definido la marca Horta de Lleida ‘como una apuesta firme por nuestros productos, el comercio de proximidad y de los mercados, trabajando por la implantación de la economía circular en nuestro territorio y frenando la despoblación. Para que la gente vuelva a los mercados hay que dignificar los espacios de venta, y por eso hemos exigido la limpieza.
A propuesta del Comú se ha activado un banco de tierras que debe permitir ceder a agricultores activos fincas no cultivadas del perímetro de la huerta para dar alternativas a fincas abandonadas. Hemos defendido el impulso del agroturismo rural potenciando un patrimonio natural rico ya la vez poco conocido. Por eso hemos trabajado para garantizar los pasos centenarios como el camino Medieval del Río, por el reconocimiento patrimonial de la cabaña de volta de la Horta, por el arreglo de parques como el de Serrallarga o de ríos como el Noguerola o los de Sucs y la recuperación de los caminos fluviales o por los pantanos de Suquets de Baix.
Nuestra Horta no existiría sin la profesión campesina, un colectivo que nos hemos esforzado a dignificar, por el reconocimiento de la profesión campesina y del que el campesinado ha significado históricamente por Lleida, hemos salido adelante medidas como un nomenclátor de calles con nombre de labradores y agricultores de Lleida, que, como tantas propuestas aprobadas, el equipo de gobierno no ha permitido aún llevar a la práctica. Y hemos dado relieve al 15 de octubre como día de la mujer rural, una jornada festiva y representativa de la mujer campesina de la Huerta, con jornadas abiertas a la ciudadanía donde las mujeres son las protagonistas.
En nuestro afán por mantener la huerta viva, hemos topado con muchos escollos por parte de todas las administraciones. Ante ataques tanto feroces como el que ha supuesto la catastrada del PP, con un gran aumento de los valores catastrales de las edificaciones rústicas indispensables para la actividad agraria, hemos exigido una actitud valiente de defensa firme del campesinado por parte de la Paeria, que ha optado por actuaciones irrisorias, en contraposición a la propuesta del Comú de compensar la fuerte carga impositiva que están sufriendo las explotaciones agrarias por el aumento del IBI.
En este y en otros aspectos la inacción del equipo de gobierno ha hecho que muchas de las propuestas que hemos hecho en cumplimiento de nuestro programa electoral no hayan salido adelante. En el próximo mandato seguiremos trabajando para dignificar la vida de nuestras campesinas, para integrar la huerta en la ciudad y para dinamizar la economía de proximidad que nos aporta.
Marina Pifarré (representante del Comú de Lleida a la Comisión de la Horta)